El general Mingo y la doncella ponzoñosa. Foto por Julio Bravo. |
Envenenados todos.
por Julio Bravo.
Para llegar a un destino los caminos se abren a la vista, existen cortos y largos; estrechos y anchos… algunos permanecen tupidos de espesura. Incluso podemos virar en el atajo más cómodo, pero, es en verdad que ese destino que espera nuestra llegada nos convenga, y, además de todo deba ser cumplido. Eso únicamente podemos saberlo cuando se toma plena conciencia de nuestro ser.
Así sucede en la puesta en escena de La doncella ponzoñosa, una obra que se ampara en el destino, ése que rige la vida tiránicamente y que reclama no presentar la espalda jamás. Sobre un ambiente ancestral, el sufrimiento de un pueblo abatido, acude a la venganza, la cual arde y envenena todo pensamiento hasta pudrir al más sano. Con el odio contenido por generaciones, una madre decide vengarse de aquellos príncipes guerreros despiadados que colman a su gente de miseria y horror. Para fortalecer la venganza, la madre educa a sus hijas, a la más pequeña que es la más hermosa, le alimenta con veneno de alacranes. Para esta doncella su destino sólo entiende terminar con aquellos que destruyeron su pueblo.
Personaje de la obra, foto por Julio Bravo. |
Con este trasfondo trágico, la doncella logra identificarse como instrumento para dar la muerte, se concibe intocable, y así mismo desprovista para algún día descubrir el amor, pues todo príncipe que se rinde ante su belleza, al tocarla perece. Finalmente enamorada de un general, la doncella decide no llevar a cabo la venganza, aún así, el príncipe que ama a la doncella poco le importa morir al tocarla, siempre y cuando sea, en el regazo de su amada.
La obra radica en la provocación, su constante es quebrar ese destino que en ocasiones es atribuido como única misión de vida. Nos invita a la perpetua reflexión sobre ese destino que por aferrado que se encarne, sí puede cambiarse, puede ser destruido con la solidaridad, con la tolerancia, con el amor. Provocadora en su totalidad, esta obra se presenta para un público de niños y adolescentes, ofrece un panorama crítico, alentador, hacia un camino meramente creativo. El lenguaje como su estética, practican un conglomerado de ideas desafiantes. Conformada así en una fantasía épica y sonora.
El bufón Yodo. Foto por Julio Bravo. |
La directora Alicia Martínez, foto por Julio Bravo. |
El trabajo nunca termina menciona todo el equipo de La doncella ponzoñosa, este se acumula en un proceso evolutivo, cada puesta en escena permite seguir explorando, re-interpretando. Esta puesta en escena maneja el uso de la mascara, es decir que los personajes tienen un rostro y un caminar propio. El actor al cancelar su verdadero rostro, otorga al personaje mucha más potencia interpretativa. Desde el vestuario hasta la iluminación; el dialogo y la música, crean a detalle un mundo impactante, colorido. Es una apuesta teatral que no podemos dejar de ver.
Martín López dramaturgo, foto por Julio Bravo. |
Retomando el cuento francés de Richard Garnett, el dramaturgo Martín López Brie escribe una obra que va más allá, la dimensiona, de mano de la dirección de Alicia Martínez Álvarez, también participa la compañía el Laboratorio de la mascara, Yukari Hirasawa y Vladimir Bendixen en la composición musical y con diseños de los personajes por Edgar Saner.
Edgar Saner creador de los personajes, foto Julio Bravo. |
Algo que me hace recalcar en la iniciativa de esta puesta en escena es, que no se menosprecia la inteligencia y receptividad del niño, no sucede como el imprudente del metro, que prefiere cerrar los ojos mientras finge dormir. Porque no enternecido por la imagen, deja que la enflaquecida madre sostenga al niño viajando parada, trémula al constante Jesús que despide su boca. Pidiendo con fe que su hijo no se desprenda de sus fatigados brazos. Así como el hombre despilfarra las posibilidades de creer en lo posible. El infante comprende, es inteligente, acertado. Está de más subestimar su entendimiento de las cosas. Para principio si el niño procede a su suerte y su familia es completa, tiene la visión del amor en la pareja que forman sus padres. Ahora bien, toda buena fantasía animada, o escrita, su centro principal se encuentra en la felicidad y el amor. Las caricaturas tanto como los cuentos, son poblados por príncipes, doncellas, monstruos; pueblos maravillosos de seres extraños que su mundo es otro, con otros colores y nombres. El mundo fantástico no podría entenderse, censurando la imaginación.
La puesta en escena, se presentará desde el 5 de abril al 29 de junio en el Teatro Julio Catillo con funciones sábados y domingos a las 12:30 horas, en el Centro Cultural del Bosque.
Todos juntos, envenenados artistas. Foto por Julio Bravo. |