Libro y autora. |
El murmullo y sus tantos tonos.
Ya quería yo, ya quería de tiempo ser isla, lanzarme mendigo, extenderme, desenvolver aquello de lo que se habla cuando se seduce. Cuando hablamos del libro y su territorio interminable. La gran controversia entre lo comercial y lo valioso. Decir lo mismo, los de alta literatura contra los de paja mediocre. Ignoro la vigencia del tema, empero, no cabría duda en afirmar que un espinoso debate pulule termitas en su época.
Ahora bien, el resultado es la pluma que gusta de inmiscuirse en todo y para el todo. Mas me siento reunido a la jerga sintáctica, para valorar, suponer y poner nota clara, -por lo menos aclaratoria.-
En los anaqueles vistosos, en vitrinas estableciendo concepto; torres y mesas repletas de ellos, los libros top de editoriales y tiendas. Que si éste se sortea con esmero, que si éste otro es el indicado y bueno, la lectura con crítica es la mejor arma a blandir para soterrar lo tenaz y verdadero. Se agradece cuando una afrenta se desliza, y así distinguir que tras la avalancha de lo más vendido, de lo más buscado, una magna obra abre zanja despiadada. Puede y debe por siempre, existir el libro que adverso a todo pronóstico ponga evidencia que entre lo comercial, lo excelso y lo peor, sea él quien cambie su historia.
El Murmullo de las abejas es digno combatiente, de valor con creces, sobrepasando expectativas. La autora Sofía Segovia quiebra el esquema de los que crean sagas a petición editorial "supongo", nos demuestra la unidad absoluta. A decir verdad su novela es única, no requiere continuación, no es necesario, pues es tan portentosa que, puede leerse cuantas veces se quiera, ya que el mundo en que se erige es afortunado. Los personajes son firmes y definidos, cada uno destaca y al mismo tiempo unifica, conviven en su entorno en igualdad.
Terrenal, fantástica, histórica por demás, se vuelve un testimonio reluciente de una época en transformación que iba del pasado al futuro. Contada con astucia narrativa se observa el pueblo, la familia, la revolución de un país.
Son la nostalgia y la memoria entes en busca del cuerpo y la boca a través del cual emitir su versión. La correspondencia hacia el entramado novelesco, una realidad antigua que se transforma en un relato enorme, con una voz sublime y sensata.
Con los matices variados, la vida y la muerte, la fortuna y la traición; la costumbre y la desazón de pensarse perdidos en su presente, pero con la valentía de no terminar de creer que lo vetusto ya no sirve. La obra nos catapulta en cada página a continuar, seguir sin reparo y aceptar que lo fantástico nos devuelve la vida. No quedarse callado y hablar, contar lo que somos y seguiremos siendo, historia y susurro del tiempo.