Cynthia Arvide, periodista independiente con su libro "Muros somos los nuevos muralistas mexicanos". Foto Julio Bravo. |
Las fachadas y los muros que pintar.
Julio Bravo
Comenzaré a la sazón del discurso; con el pecho henchido de Chara. Voy a disfrutar éste solemne trino ante el púlpito fantasma de lo digital.
Quiero sonar al agradecimiento cooptado en la boca, con mi voz suturada al pulso del bolígrafo. Así como Octavio Paz en Estocolmo tomó la gratitud y supo desgranar en texto y palabra, así, celebro “Muros somos los nuevos muralistas mexicanos”, un libro de Arte urbano que localiza a 20 artistas del mural. Aplaudo la investigación de la autora; investigadora y periodista Cynthia Arvide que tras años de recolectar anécdotas y testimonios, funde en documentos lo que podría fenecer en lo efímero; aquel libro visual se carga de permanencia y posteridad.
Cynthia Arvide y La Cifra editorial, unidos por el libro de Arte urbano. Foto Julio Bravo. |
Al hojear Muros somos… entiendo la magnitud de la longevidad del ser, es decir, nos acercamos al re encuentro con las costumbres más antiguas del Planeta. Pienso en Sumeria, Egipto, Grecia; Aztecas y Mayas en Mesoamérica y, las imágenes que retengo en la memoria son aquellas murallas de piedra pintadas con Dioses y Héroes, contando leyendas de la idiosincrasia de cada pueblo. Entiendo hoy, que estos muralistas del siglo XXI figuran bajo las mismas leyes, cuentan con la tradición y sin ella una historia distinta de nuestro entorno cotidiano sería cantada. El acto de colorear una pared, de rallarla con la sentencia de que el padre de éste arte callejero es el Grafiti; resulta de un suceso de marcar territorio, de dejar huella para la eternidad.
En la Roma del año 753 a. C., se especula, que las gentes inconformes con el César, garabateaban los muros de las ciudades con afrentas políticas; chismes y rebelión. En el milenio que corre, realizar grafiti, es también una postura de protesta social, un dialogo urbano con pintura, concreto y humanidad. Todo esto convertido en la posibilidad de mostrar realidades a los ojos del paseante, a los ojos del vecino; a la visión completa de un país y sus ciudadanos. En la era de Internet, la evolución del street art se posiciona en la frescura del muralismo mexicano que obtiene referencia desde artistas como Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros por nombrar algunos de nuestro México.
Cynthia Arvide relata que todo surgió haciendo un reportaje y de ahí el interés por el muralismo moderno. Desde 2012 comenzó a entrevistar y ponerse en contacto con los muralistas del México actual, rescatando un valioso material que pudo complementar con la fotografía de Federico Gama y así La Cifra editorial consolida en un libro de gran formato. Lo que narra Cynthia sobre el muralismo de artistas como Saner, Fusca, Jesús Benítez y demás personajes, se sitúa en el tema generacional; estos talentosos muralistas comparten nacimiento entre fechas que coinciden en los años ochenta y noventa. Temas como la mezcla y la postergación son descritos por Cynthia y, se condensan en que el sentido de hacer muralismo proviene de la diversidad de ideologías artísticas. El color y la alegría de pintar un muro gris y replantear su rostro es la constante. La transformación de la fachada en símbolo y tradición; en sueños que puede compartir la comunidad es la tentativa para que cualquier muro de la calle, cualquier muro del mundo tenga una nueva identidad pictórica.