NTVG Ciudad de México. Foto por Julio Bravo. |
De sábado en la plancha.
por Julio Bravo.
La juventud los tomó por su dueño, iniciaron con un nombre que no acoplaba. Las letras de Montevideo eran más plata cuando salieron de allí, nacidos en el Uruguay. Si trato de hacerme orilla, lo sé y lo siento, ya me daba nostalgia y alegría, nombrar aquella tierra, escucharle en un secreto, el dedo suyo señalándote, el dedo claroscuro de Onetti, bebí de su habla de su buena literatura.
Así que, debo orientarme sobre la pista y no perder volante, sin embargo e hecho recuerdo por naturaleza, estos sucesos de palabras que se me juntan, unas a otras, otras en unas, igual que la historia que les propongo.
Apasionados y locos, foto por Julio Bravo. |
Si van a gustarte, tanto de mucho, si habrán de encajar en ti, lo que son y somos, lo que hacen y manipulan directo en los teclados, en su lira, y la voz del cantante raspa versos de amor y despojo, una a la vez, una te provocará la sonrisa, otra te obligará al llanto y en colaboraciones habrás de retumbar con canto unísono.
Iniciaron su carrera por los noventa, está claro porque en su música le llevan. Por mi parte les he sentido, me han gobernado. Son inquietos artistas que gozan en su interior. Aquella temporada su visa al mundo del rock se andaba gestando, rondaban los 94 en pantalones negros rotos, camisa a cuadros roja y una melena abundante. Hoy no son aquellos del tipo que describí, debido a su originalidad, ellos son únicos, irredentos.
Los chicos del viento. Foto por Julio Bravo. |
Su versatilidad es avalancha, suenan duro y correcto, emocionan, hacen brincar, ahora con sus audiovisuales profundizan la temática de sus canciones. Personajes que reconocen la victoria de la derrota, nunca olvidan, son dados a un gran corazón, se deben a esa maravillosa fuerza de su sol celeste.
Son una banda consolidada que ruge en cada presentación, el estado es grato, uno se lo pasa genial, se convive y se brinda una oración a lo inconcluso y bellamente interminable. Salvo los codazos, empujones y pisotones, el zócalo mantuvo la concordia, se despidieron de nosotros con bravura, la tarola sonaba bomba, el bajo era un gong eléctrico. Los timbales precisos y bien ecualizados, los cachetes rechonchos soplando a instrumentos de viento. No te va gustar son un formidable grupo uruguayo que no debes perder.
No te va gustar desde el Uruguay, foto por Julio Bravo. |
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