viernes, 4 de noviembre de 2016

Mala Rodrígez y Ari Puello en Texcoco.

Texcoco y la cultura. Foto por Julio Bravo.



Por el camino a Piedras Negras.

por Julio Bravo.



¡Vamos, el boleto a Francia cuesta mucho; visitar la embajada de España no es un paso exacto para obtener la nacionalidad e ir y venir cuantas veces se quiera! Y las grandes vacaciones y los momentos luminosos en que alguien se entrega a la tarea de conocer un lugar, no siempre son certeros y lejanos. Valdría la gloria conocer al sitio de residencia y luego sí, viajar por la tierra entera y descubrir.

Mala María dando todo en Texcoco. Foto por Julio Bravo.

Para usar coordenadas capitalinas, pensemos que todo fluye al acorde primero y sucesivo de salir por todas las rutas para llegar a Texcoco. Se puede llegar por Chapingo, tomando una combi que sale de Bulevar aeropuerto. Pero si se desea un rato de comodidad, la México-Texcoco en los camiones que salen de la Tapo, sirven de maravilla para tomar un ligero sueño. Ahora bien, este camino que nos lleva a Texcoco, se define por ir a Piedras Negras. Es un camino que demuestra a ese México bárbaro que nunca ha muerto, también en algún momento, uno pensaría que no hace frío, puesto que en el camión uno va tan tibio y arrullado que nadie pensaría en traer algún abrigo formidable.

Ari Puello dando candela. Foto por Julio Bravo.

Si las cosas han salido tal cual, nuestra llegada no se precisa en Piedras Negras, este fin de trayecto, el mío y al que los invito, está cercado por ir y disfrutar del Centro Cultural Mexiquense Bicentenario. Al situarse sobre este edificio marrón y con una estructura moderna, agua y vegetación; uno puede relacionarse con espacio y arquitectura, con tiempo y distancia. Es decir esta cualidad que embellece a Texcoco rompe con sus estampas creadas por generaciones, yo no veo caballos ni botas, ni sombreros. Si hay montañas y nubes blancas y un cielo azul sin filtros fotográficos y, cosa común ahora en el país, un Oxxo en cada esquina.

La reina del Rap en castellano. Foto por Julio Bravo.

Mi llegada a esta parte del Estado de México se debió al Festival de las almas de oriente, donde un concierto de Hip-Hop en castellano estaba a punto de iniciar. El teatro al aire libre es hermoso, tiene un diseño fino y con todo lo que un espectáculo de talla internacional merece. La gente había llegado temprano, y el frío era un vendaval que afectaba a todos los espectadores que soportaban el helado sol de esta parte que alguna vez conecto por lagos la ciudad completa de Tenochtitlán. Las estrellas que harían las delicias de los escuchas tienen una presencia de impacto sobre el Rap en español, Ariana Puello es conocida por los barrios bajos de México, fue una de las primeras españolas que se dieron a conocer con su trabajo. Después, la gran Mala Rodríguez la reina que al principio no fue aceptada por el público mexicano, y el de hoy en día la adoran. Ese día gélido fue ovacionada y amada por completo. Debo decir que la unión de cuerpos y el fuego de humo blanco y perfumado terminaron por mermar aquel momento de viento congelado para dar calor y afecto a un lugar que ya no es tan sólo el referente de la Feria del Caballo, ahora es la próxima ciudad futura y el suelo donde se construye el aeropuerto que se supone pondrá a México en la vanguardia del mundo.

La mujer chunga desde Gerona. Foto por Julio Bravo.

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