lunes, 24 de septiembre de 2012

La realidad fue primero un sueño.

El baño de fuego, foto por Julio Bravo.




Imaginando que. 


Por Julio Bravo.


En cada esquina del techo se iban formando telarañas aún más grandes, la vieja pintura se botaba de la pared. El baño de la casa se auto-acondicionaba poco a poco; a ratos parecía que todo terminaría deshojándose, como cuando el fuego va tragando la fotografía, como cuando los cachitos de cenizas caen al suelo. Así se van desprendiendo los pedacitos de pintura, así, uno va imaginado que, aquellas arañas que viven en el techo, un día nos atacaran furiosas y ciclópeas, una gran invasión acabara con nosotros como seres diminutos. 

Nada es extraño para la imaginación, tenía yo siete años o menos, cuando el baño de mi hogar se convertía en el vehículo de mis sueños. Recuerdo que en ocasiones entraba en él con una pluma, para entonces ya era un aficionado a los videojuegos y, como buen jugador exigía más. Me sentaba en la taza y comenzaba a intuir imágenes, concentraba los ojos en los pedazos sin pintura, encontraba figuras de hombres musculosos, de castillos terroríficos. A veces sólo miraba a la sirena del cancel; la veía nadar. Casi dominaba la técnica de mis fantasías, la tecnología mejoraba ante mi vista, yo creí imaginar lo imposible. Una tarde, aburrido, fui al baño, apunté los nombres de los personajes que más me gustaban: Wolverine, Batman, Hulk, Spiderman, Spawn, Venom, etcétera. Forme una gran lista en la pared, decidí pues, enfrentarlos…, para los tres años siguientes mi idea se había vuelto realidad. En las maquinitas de la papelería más cercana, X-Men: Children of the atom desplazaba de su lugar imperial a Street Fighter II: Champion edition, mis ojos quedarían deslumbrados. La imaginación continua: mi insistente gusto por mezclar el refresco de cola con el jugo de un limón entero, en mis años de adolescencia finalmente tomó realidad, para el 2005 Coca-Cola decide crear Coca-Cola Limón. A través del tiempo, muchas de mis ilusiones se han cumplido. 


Todo esto me hace pensar que un fuerte deseo puede cumplirse, en el mundo de las ideas todo puede suceder, si lo hemos imaginado, lo más seguro es que algún día sea real. Por eso hoy quiero especular en que Hollywood o algún buen cineasta, realice una película basada en la vida y obra del escritor argentino Julio Cortázar. Para esto, he puesto mi visión en el actor Vincent Cassel  que en su pasada interpretación del psicoanalista contracultural Otto Gross  en el filme de Un método peligroso dirigida por David Cronenberg, la caracterización de Vincent me hizo creer que se parece mucho a Cortázar. Estuvé analizando varias fotos del escritor y del actor, y sí, existen entre sus rostros facciones similares, quizá con algunos detalles Vincent puede realizar un papel excelente, además es francés, -tiene una altura considerable aunque no suficiente, para lo gigante que era el cronopio Cortázar- sus actuaciones son muy limpias y artísticas, es sin duda un pertinente candidato, para que los amantes de la literatura de Cortázar logremos ser beneficiados. Ya vislumbro caminar a Vincent Cortázar por los callejones de Francia, ver como aquellos autonautas enamorados, surcaban la autopista que une a Marsella con París. La historia de Cortázar lo ofrece todo.


El niño atormentado, cuasi campesino; que de día su casa, le ofrecía un jardín para jugar a sus anchas con personajes y paisajes: gente a caballo y lecheros, comerciantes en carretas en un suburbio de Buenos Aires que no estaba pavimentado, que de noche lo atemorizaba por la escasa luz de los faroles y que las mamás de otros niños decían que delincuentes y enamorados pululaban en la oscuridad. El adolescente solitario rodeado de libros, precozmente escribiría una novela y poemas. Lo demás no es difícil imaginar, el Boom Latinoamericano, la edición famosa de Rayuela, un controvertido Cortázar que apoya la causa social, que trata de hermanarse con Cuba, Chile, la visita tan apremiante a Nicaragua. Sin olvidar al Julio enfermo y perseguido por la muerte, los últimos días en la cama de un hospital parisiense.

Esperemos que el tiempo de mi sueño, sepa cumplir muy bien y no tarde tanto, para poder ver en la pantalla de cine el rostro de un hombre que es todos los rostros.



viernes, 14 de septiembre de 2012

Pintamos nuestra casa.

Roa en acción, foto por Julio Bravo.





En los muros de un pueblo. 

 Julio Bravo



Todos somos dueños de nuestro tiempo, de nuestra ciudad. Frente a los decorados muros, mi mirada se congela; los rastros de la humanidad son huellas cromáticas, trazos y líneas. El juego de los rostros, de los símbolos; de aquel legado plasmado por las manos del artista. 

Antes de la caída del muro de Berlín, poetas y pintores decidieron re interpretarlo, lo cargaron de un lenguaje pictórico, le devolvieron la voz que un día sólo tuvo por medio de la dictadura de un tirano. Finalmente su voz decidió el derrumbe. Y no sólo los artistas tomaron al muro, también la gente común se unió; cada uno de ellos sumaron su esfuerzo, su creatividad; la libertad sorbió sus primeras bocanadas de alivio. El arte es un ente revolucionario por la única razón de evolución. La historia del mundo también es una historia de imágenes, siempre lo ha sido. Siempre la necesidad por enmarcar en la memoria del hombre el pasado, ha permitido que nuestro lenguaje gráfico permanezca, se transforme. Para culminar con la marca de lo que hemos sido.


Roa retocando, foto por Julio Bravo.

No está de más hacer una revisión de la magnitud que tiene el arte visual, de igual forma podemos preguntarnos ¿cuál es el fin?, ¿cuál la necesidad? Basta con tan sólo asomarnos a nuestro interior, muchas veces nuestros recuerdos únicamente son: imágenes, instantes de un momento fraccionado. Hoy tenemos un gran reto, cada día y a cada hora lidiamos con rostros familiares o desconocidos; con carteles publicitarios, comerciales de televisión e imágenes por Internet, etcétera. Entonces, entendemos que nadie puede escapar de lo visual; los muralistas mexicanos sabían de la fuerza de la pintura. Llevaron el arte a las calles, los sacaron de los museos para que los privilegiados fueran la ciudad entera. Porque los ojos del mundo no pueden estar ciegos. Me bota así una reflexión que estimo viene al caso y nos ayudaría a reformar la idea del poder visual. ¡Quién no ha visto tantas veces el rostro de Jesús o el Che, o las letras de The Beatles impresas en una playera! Quizá a algunos pocos les ha cambiado su vida. Las imágenes pueden ser utilizadas con cualquier objetivo. La segunda guerra mundial gozó de una propaganda hitleriana perfecta, la esvástica es recordada con temor para algunos, en la religión para otros, la cara de Juan Pablo segundo les genera una paz interna. El beneficio de una imagen es imparcial, debemos orientar las imágenes para crear conciencia, re-evolución para una libertad mental.

Roa y su serpiente, foto por Julio Bravo.

Considero que el grafiti es o puede ser el muralismo del siglo XXI, es por eso que éste tiene que ser revolucionado, manejar una crítica social mucho más concreta, jamás debe vacilar y siempre debe de ir más allá, sólo así, dejará una huella de concientización en el ser humano. Tampoco quiero decir que esto que menciono no exista, claro que lo hay, pero para la mayoría de la gente pasa a último termino, y lo digo porque en ocasiones la masa que no se encuentra dentro del grafiti, suele estigmatizarlo como pintas y rayones en la pared; como letras sin sentido y monos horribles, y no es así. En las filas de este arte urbano, existen artistas comprometidos con la cultura y la sociedad.

Por eso, aquel llamado me instigó a visitar el pasado festival de grafiti realizado en México: All city canvas, donde nueve artistas urbanos transformaron la cara muda y lisa de algunos edificios representativos de la urbe, lo mutaron con la expresiva imagen de sus ideas. En esa ocasión mi querida acompañante me apuntó: “sube al edificio donde está él y toma muchas fotos”, eso me provoco al instante, aquel empujón que me permitió obtener otro enfoque, y, después analicé, “eso vale la pena”; acaso no es cierto que el atreverse es una actitud que pocos tienen, porque para bien o para mal, aquellos atrevidos a realizar una difícil ó fácil empresa, nos han regalado un patrimonio imprescindible. Quién podría negar el gran valor de una fotografía, de un vídeo; de una obra artística que trasciende y quizá al verla nos llene de valor para afrontar la vida, la realidad misma.

Necesitamos pintar las fachadas de nuestra ciudad con un buen propósito, ya sea artístico, ideológico, contestatario. Colorear las paredes para hacerle saber a los demás que cuentan con nosotros, que hay en la imaginación de algunos un sueño para todos, que el arte sí libera, sí nos da esperanza. Aquí las imágenes hablan por si solas.
                       

jueves, 6 de septiembre de 2012

La fantástica realidad.

Temperamento por Gustavo Vilchis, foto por Julio Bravo.


La quimera pintada.

por  Julio Bravo

Cruzamos la avenida para llegar al teatro hidalgo, mientras caminábamos por los puestos ambulantes que ahí se ponen, decidimos comprar un jugo fresco de naranja; el calor era ya insoportable para esa hora del día. Nos detuvimos un instante. A veces entre las chácharas y las baratijas, siempre se puede encontrar lo valioso. Y así fue,- aún no logró explicarme algunas cosas-, pero de repente sentí esa necesidad de parar, me cuenta mi novia que actuaba muy raro ese día. Según ella dice: que yo le venía rascando su mano todo el tiempo, que durante el trayecto, trataba de dirigirla sin decir palabras, que le decía cada cinco minutos ya estamos cerca amor. No recuerdo nada, salvo que en el estupor del vagón del metro me quede dormido, y desperté justamente cuando salíamos de la estación Bellas Artes. Entonces ella me dijo “qué pasa cariño, ¿te sientes bien? Sí, claro le respondí ¡aquí está con lo que soñaba!, recuerdas lo que te conté: cuando soñé con un ingente ojo que sangraba ingrávido; era un ojo que tenía cuerpo de ave, chillaba tan horrible pues estaba enredado en un alambre de púas; atrás de él se encontraba el perfil de una bella doncella que nos se inmutaba siquiera por el sufrimiento de ese pájaro-ojo, como si ella no supiera o no sintiera nada. Míralo amor, es ésta la imagen de mi sueño. La realidad de mi quimera profunda se concretaba en la portada de un libro Ésos fueron los días lo compré y en ese momento supe a donde dirigirme.

Escalera al cielo por Gustavo Vilchis, Foto por Julio Bravo.




Vamos amor, vamos al encuentro con el asombro. Nos metimos al centro cultural José Martí y ahí se encontraba la exposición, esperándonos. El artista plástico Gustavo Vilchis presentaba su obra y quedamos maravillados.





En una entrevista de televisión Octavio Paz afirma que el poema habla por si solo, y la obra pictórica de Gustavo trabaja de la misma forma, nos comunica su mundo a través de las imágenes, entendemos qué en los sueños, igual somos un espejo, quizá más impreciso pero igual revelador. La fantasía de sus mundos de pronto se transforma en una biografía del artista, ya que podemos ver a simple vista sus gustos, sus ilusiones, sus influencias. Lo onírico toma realidad y la realidad toma el sueño, esa mezcla permite que el diálogo de la obra con el espectador sea generosa y nutritiva.

Homenaje a mis dos grandes maestros por Gustavo Vilchis, foto por Julio Bravo.

Los personajes de Gustavo pareciera que sueñan dentro del sueño… para seguir soñando, en una realidad fantástica que se expresa muy bien, pasa de lo surrealista al romanticismo y porque no a la ciencia ficción. En algunos cuadros podemos distinguir a la perfección los iconos literarios y, los gustos tanto musicales como de cine de Gustavo, por ejemplo: como no identificar a ése tiburón que causaría terror en los cines de toda Norteamérica, o a ese autor que diría tajantemente que  “Dios ha muerto”. En otros cuadros la magnitud de la obra nos remite a las emociones y la fuerza del ser, quisiéramos tener el temple de hierro de esa niña que aguarda con calma el quebrar de la ola, o estar precisamente ahí cuando el gigante dragón brota majestuoso del agua.

Filosofía por Gustavo Vilchis, foto por Julio Bravo.



Las sensaciones y la experiencia son muchas, no es difícil identificarse con la pintura de Gustavo que él mismo ha denominado: Alchilazismo contemporáneo.

El encuentro con el arte es parte de soñar, creer y convenir qué la vida no se entiende de otra forma, por eso cada día, ella y yo salimos a que el mundo nos sorprenda, nos incite a ser parte de lo que desea en realidad.  



Mundo interior por Gustavo Vilchis, foto por Julio Bravo.