Temperamento por Gustavo Vilchis, foto por Julio Bravo. |
La
quimera pintada.
por
Julio Bravo
Cruzamos
la avenida para llegar al teatro hidalgo, mientras caminábamos por los puestos
ambulantes que ahí se ponen, decidimos comprar un jugo fresco de naranja; el
calor era ya insoportable para esa hora del día. Nos detuvimos un instante. A
veces entre las chácharas y las baratijas, siempre se puede encontrar lo
valioso. Y así fue,- aún no logró explicarme algunas cosas-, pero de repente sentí
esa necesidad de parar, me cuenta mi novia que actuaba muy raro ese día. Según ella
dice: que yo le venía rascando su mano todo el tiempo, que durante el trayecto,
trataba de dirigirla sin decir palabras, que le decía cada cinco minutos ya
estamos cerca amor. No recuerdo nada, salvo que en el estupor del vagón del
metro me quede dormido, y desperté justamente cuando salíamos de la estación
Bellas Artes. Entonces ella me dijo “qué pasa cariño, ¿te sientes bien? Sí,
claro le respondí ¡aquí está con lo que soñaba!, recuerdas lo que te conté:
cuando soñé con un ingente ojo que sangraba ingrávido; era un ojo que tenía
cuerpo de ave, chillaba tan horrible pues estaba enredado en un alambre de púas;
atrás de él se encontraba el perfil de una bella doncella que nos se inmutaba
siquiera por el sufrimiento de ese pájaro-ojo, como si ella no supiera o no
sintiera nada. Míralo amor, es ésta la imagen de mi sueño. La realidad de mi quimera
profunda se concretaba en la portada de un libro Ésos fueron los días lo compré y en ese momento supe a donde
dirigirme.
Escalera al cielo por Gustavo Vilchis, Foto por Julio Bravo. |
Vamos
amor, vamos al encuentro con el asombro. Nos metimos al centro cultural José Martí
y ahí se encontraba la exposición, esperándonos. El artista plástico Gustavo
Vilchis presentaba su obra y quedamos maravillados.
En
una entrevista de televisión Octavio Paz afirma que el poema habla por si solo,
y la obra pictórica de Gustavo trabaja de la misma forma, nos comunica su mundo
a través de las imágenes, entendemos qué en los sueños, igual somos un espejo,
quizá más impreciso pero igual revelador. La fantasía de sus mundos de pronto
se transforma en una biografía del artista, ya que podemos ver a simple vista
sus gustos, sus ilusiones, sus influencias. Lo onírico toma realidad y la
realidad toma el sueño, esa mezcla permite que el diálogo de la obra con el
espectador sea generosa y nutritiva.
Homenaje a mis dos grandes maestros por Gustavo Vilchis, foto por Julio Bravo. |
Los
personajes de Gustavo pareciera que sueñan dentro del sueño… para seguir
soñando, en una realidad fantástica que se expresa muy bien, pasa de lo surrealista
al romanticismo y porque no a la ciencia ficción. En algunos cuadros podemos
distinguir a la perfección los iconos literarios y, los gustos tanto musicales
como de cine de Gustavo, por ejemplo: como no identificar a ése tiburón que
causaría terror en los cines de toda Norteamérica, o a ese autor que diría
tajantemente que “Dios ha muerto”. En
otros cuadros la magnitud de la obra nos remite a las emociones y la fuerza
del ser, quisiéramos tener el temple de hierro de esa niña que aguarda con
calma el quebrar de la ola, o estar precisamente ahí cuando el gigante dragón brota
majestuoso del agua.
Filosofía por Gustavo Vilchis, foto por Julio Bravo. |
Las
sensaciones y la experiencia son muchas, no es difícil identificarse con la
pintura de Gustavo que él mismo ha denominado: Alchilazismo contemporáneo.
El
encuentro con el arte es parte de soñar, creer y convenir qué la vida no se
entiende de otra forma, por eso cada día, ella y yo salimos a que el mundo nos
sorprenda, nos incite a ser parte de lo que desea en realidad.
Mundo interior por Gustavo Vilchis, foto por Julio Bravo. |
Está buena la reseña; felicidades.
ResponderEliminarBraulio Fiesco.
Muchas gracias Braulio por tu buena apreciación, ojalá continúes visitando la página.
ResponderEliminarJulio Bravo.