Tiene el trato, foto por Julio Bravo. |
Purificada maldad.
por Julio Bravo.
De España para el mundo… La Mala María. Considero que si algún día la premonición actuara en uno, como un aviso para mitificar. Desde el primer momento; sobre la imagen de María un relato con desbordes fantásticos se hubiera escrito. No obstante, algo existe hoy en día para ir revalorando el arte y la personalidad de un ser fuera de serie. El tiempo parece más justo en éste siglo, y los días de no admirar, no comprender y no respetar el “el divino o maldecido” trabajo del artista sensible va disminuyendo. Comienzo así por que creo en la falta de una buena memoria, de una buena crítica y de un buen argumento. También por la tristeza y la ignominia, que en ocasiones el ser humano provoca contra otros, sírvase para ejemplo, nombrar casos de escritores repudiados, músicos incomprendidos, actores secuestrados; en un sinfín de atrocidades mayores que sojuzgaban el humilde cuello del genio artístico, no hace falta escribir sus nombres, finalmente algunos de ellos, hoy gozan de justicia. Pero la tarea del biógrafo, del entrevistador, del investigador, permite enfrentar y reconocer al personaje que hace y hará historia.
La sílfide tornasol, foto por Julio Bravo. |
“Los artistas somos un cúmulo de influencias.” Esto afirmaría La Mala Rodríguez en una lejana entrevista en sus inicios, en la revista española Hip Hop Nation. Trece años y las calles pintadas, la movida del barrio sevillano, bloques y parques emitiendo lenguajes; en la rápida articulación de la palabra terminada en rima. La pequeña María escuchaba el rap de su entorno callejero, quizá en la intimidad justamente; la hoguera de sus sueños de alcoba, aunados a la otra música –el flamenco y la canción de protesta latinoamericana- debían permear en su imaginación lo que La Mala comenzaría a escribir después. Un heraldo nocturno grazno sobre la cabeza de la adolescente María, el Cuervo es un personaje clave en la aventura artística de La Mala. El aleteo sonoro del pájaro negro y las primeras maquetas, el error como conocimiento del fallo para entender la enseñanza del primer vuelo. Como buena andaluza María decidió entregarse a la mar; aquella tendida sabana de rupias verdes, abordó el barco pirata de Espronceda y Góngora, viejos marineros transfigurados en SFDK Y La Gota que Colma, ofreciéndole el ron añejo de sus barricas reales. Éstas fueron algunas de sus primeras colaboraciones que le darían respeto, un micrófono para soltar la rabia como una arpía que pasara una temporada en el infierno. La furtiva leona que con viento en popa, sudorosa como una perra escupiera el alarido “Por mi madre que hoy, se escucha el canto de victoria.”
Sirena ultramarina, foto por Julio Bravo. |
El misterioso duende de pies colgando en el cuerno de la luna, le instiga, la convence y trepada en sus orejas le silba a María su genio rebelde. Siempre realizando las cosas a su manera y su forma La Mala reinterpreta su estilo directo de crear su rap. Busca la manera de decir las cosas, lo que siente, no tambalea. En el mundo musical de María los versos pueden escucharse muy despacito, como cuando entre la basura se busca el derecho que todos merecemos tener. Pero si grita, lo hace por dejarse caer, por dejarse querer, porque sabe, exige del otro la transparencia, cuando uno mismo es una fiera no se tiene nada que perder y la sangre nos da tirones para pedir la verdad.
El hada verde, foto por Julio Bravo. |
“Lo mejor de la música es el “aroma” que te deja después de escucharla.” La cocinera de nuestros mejores platos, La Mala cocina con especias y especies, sazona su comida sobresalientemente. Con mucho potaje nos alimenta, sabiendo que lo fácil cae ligero. El malamarismo de La Mala Rodríguez; de una híbrida mujer lagarto dotada de un oído y un ojo, incisivamente critico, fluyen en el proceso de su creación, entiende que en base de respeto y la confianza con sus colaboradores fraguará un disco completo, que le guste a ella y a su público. La dinámica de La Mala en cada entrega de su material es distinta, otorgando a cada tema de una redondez poco escuchada en otros raperos, asumo que sus canciones son un boom en cada grabación, y es difícil poder decir que, sólo te gustaron tres temas de todos los demás. La sustancia mágica que la bruja bella vierte en sus rimas, es una fuerza que embiste contra todo límite.
Terroríficamente malvada, foto por Julio Bravo. |
“Ya estoy metida en la industria, ya no sólo en el arte del Hip Hop. Se trata de vender arte.” Precisamente coincido con lo que dice la Mala María, lo que ella realiza es arte y lo va evolucionando. La sucia bailarina es un recurso al mero estilo literario, La Mala inventa un personaje que parece venir de su familia, una nieta futurista que expresa lo que vive su mundo. Las letras de María por medio de la bailarina se cargan de un contenido lírico, poético y social. Un corazón que por fin dialoga con la razón para no sufrir más. Una filosofía en un ambiente que distingue a La Mala de los productos comerciales de Universal… se cristaliza en, si no vas a lamentar nada, ¡no pidas perdón!
Así, la reina del rap en español conquista legiones de seguidores, la Mala María trasmuta su arte, puede mirársele en mil personificaciones, un efecto dionisíaco parece revestirle la piel, y la más mala de todas establece su reinado.