sábado, 22 de junio de 2013

El toro brutal.

El bohemio argentino. Foto por Julio Bravo.



La estrella negra de la Argentina.

Por Julio Bravo.

Algunos apuntes juegan su papel de Andy Warhol, optando por viejos aquelarres de Argentina. La vida bohemia espasmosa de tos, tiene lugar sobre condiciones íntimas. Conforme la ligadura planea el ascenso del ímpetu. El mismo detrás del otro, confecciona situaciones de infinito reflejo... Andrés Calamaro surge renovado del ocio; Andrés Calamaro o el efecto suicida; Andrés Calamaro negra estrella... la bicicleta pasa rápido y a distancia, rugen todos los autos de la avenida, justo el instante en que Andrés sufría picazón en la barba. Mamá desde la pampa de Yupanqui, prende el televisor y, gordo narrador disuelve frases de ronca asunción, diciendo que: “antes de los trece años Calamaro había escrito la canción de “La chica del paraguas”, es aquí cuando, el sostenido viciado del micrófono del auditorio, permanecía empedernido en telonear el discurso entrecortado de Calamaro.

Calamaro al doble, foto por Julio Bravo.
Mientras habla, el intruso óptico, hila persecuciones de Cortázar en el rostro de Andrés, conforme una expedición lunar ocupa los labios. En Calamaro encuentro una especie bohemia sí, pero esa de la cual poetas franceses desarrollaban a conciencia. Y otras veces suele bailar una sonata en re, encima de verdes aguas de absenta. Quiero decir que Calamaro voltea de nuevo a la literatura que ya, ofrece un discurso complejo, ya, locaciones grises de casas rosadas. El sabina de Buenos Aires agita mareas de identidad, sacrifica el pensamiento europeo –al parecer- en aras de libertad. Se absuelve de cínicos brujos, mientras decide reunir el rock duro de la vieja escuela, imprimiendo ese acento argentino. El diálogo calamaresco se turnaba en pesadillas de deliciosas verdades, o bien, partía entre vías puertas multiplicadas, la vida bohemia ofrece laberintos de los que se puede salir.

Vieja escuela del rock argentino, foto por  Julio Bravo.
Cuando Calamaro menciona que hoy prefiere utilizar a la veterana guardia de músicos argentinos y convocar el rock de la antigua escuela, cristaliza el recurso literario, como el poeta maldito que indaga la otra dimensión de las cosas renovando mitos. Firme en su gusto por los toros, Andrés cuenta que desarrolla también, la faceta gráfica. Bosquejo su equipo pensando en una cámara Canon, un lente de 400mm para los detalles; esperando armar un proyecto sobre un libro ilustrado con fotos de exclusivas y textos de un amigo de los toros.    

En su gira de "Bohemio", rueda de prensa. Foto por Julio Bravo.

lunes, 17 de junio de 2013

Concierto tornasol.

Tornasol... cuerpo desprendido. Mon Laferte, foto por Julio Bravo.



La mona, la luna… la fuerte.

Por Julio Bravo.


Pocos son los deseos de la imaginación, ya sea porque ésta cuenta con arboledas de posibilidades, o bien, prendada del sueño fortificado todo lo puede. Ellos, deseos siempre dispuestos, intentan cada día la misma expedición, pareciera, efectivamente, siempre la misma, pero no lo es. Algunas veces estas selvas ignotas amedrentan a los deseos que empequeñecen y rompen en llanto, aunque repito siempre resisten. En otras ocasiones van armando divisiones que confunden a la madre imaginación, le montan su enorme deseo y bailan extasiados. Ataviada de oropel onírico, la madre imaginación sonríe, no aparenta ninguna mueca alegre, puesto que de las infinitas fachadas que una sola boca presenta, difícil se vuelve identificar la que mejor posa para la instantánea de estos deseos tan melindrosos. Entonces, toda esa fauna de colores y formas exige su alcarraza de lo posible; es cuando más trabaja el orfebre que cuelga del hombro de la Imaginación, ahí tiene su tallercito repleto de arcilla, madera y barro. Algunos deseos impertinentes le exigen que su alcarraza sea única; unos le piden bajos y altos relieves; otros sólo mencionan que les gusta lisa, sin detalles. La madre imaginación grita, estornuda y seca sus ojos que caen en un remolino de aguas, son trenzas de estambre por las que suben los deseos, entrando en los cantaros rotos de su visión, estos se complementan de negro y finalmente, apretados y con buena respiración, los deseos dejan de desear, por otra parte cumplen y proyectan el posible sueño para que madre imaginación lo haga realidad.

Loto en expansión. Foto por Julio Bravo.
El deseo se hizo niña y casa fue Viña del Mar, allá en Chile las trece veces que Mon Laferte visito la imaginación, conservó para siempre la música en sus entrañas. Aquí la madre imaginación entra en el cuerpo del texto, que ya no es imaginativo. Pero a nosotros, los deseosos dedos que escriben, sabemos volver traviesa a Monserrat, la lunaniña de Valparaíso. Colgaban sus piernitas de la ventana del Castillo de Wulff en el momento que azotaban las olas en las piedras, ensanchados los ojos de Mon entendía los estruendos clásicos de Wagner, o bien, la larga patada de Pj Harvey. Debajo de tardes añiles Mon gustaba de torcer las manecillas del Reloj de flores, quizá recurría con ahincó al tempo de ese gigantesco pentagrama alterado festival.

Convertida sol, foto por Julio Bravo.
Para más tarde México recibiría a Mon Laferte siendo ella misma, nunca más la chica envuelta en rojo, el negro de la imaginación penetra su deseo hecho mujer. Junto al señor Ceja graba su primer álbum independiente: “Desechable”. Rota alcarraza y vertida, las lenguas húmedas bifurcan salidas y entradas, es decir que hoy Monserrat resquebraja el esquema, nada se le impone… ese cáncer desaparece y tan sólo queda la verdadera figura moldeada por la edad. Ruda, tierna… convertida perra, buena o mala mujer, esta chica toxica multicolorea la llama de su propio fuego, mientras va durmiendo un sueño de soles.   

Tornasol... luminosidad avatar en fuego. Foto por Julio Bravo.

lunes, 3 de junio de 2013

RoCK AL PARQUE: Rueda por Latinoamérica.

Los rostros de Rock al Parque, rueda de prensa en el Teatro Metropólitan, foto por Julio Bravo.



Literatura al Parque.

por: Julio Bravo.



Tomar el sitio, transformarlo… guiar conforme a la cultura la recreación social. Política pública es la firmeza del todo, en esa Bogotá más humana. La Colombia que efectúa la mutación del miedo por la alegría. Los comienzos siempre encuentran la fuerza en la tensión, resistencia y pensamientos de cambio. En el año de 1994 Rock al Parque cristalizó un espacio público común, ofreció la vía del reconocimiento del otro para obtener una cultura ciudadana, sobre el respeto de la diversidad impulsada por la música.

Andrea Echeverri embajadora del festival.
Con más de dieciocho representaciones como uno de los festivales gratuitos más grandes de Colombia, Rock al Parque decide salir de casa. Y no sólo viene con Andrea Echeverri como embajadora del festival, la maquinaria rock, interviene con todo el arsenal de cultura. Preciso es decir que entre estas alternativas de transformación, se valoriza el estado de congruencia y, como ejemplo de buena catalización, la presidencia del rock, es tomada por un rockero, es decir que, tanto grandes hombres como grandes mujeres lleven el timón de ésta empresa cultural-musical. Tomar en cuenta el desarrollo, permite elaborar una suerte de situaciones concretas, Rock al Parque trasciende las dimensiones de su propia entidad, se reflexiona también, busca la cercanía con el público, establecen vínculos que fortifican los intercambios artísticos. Hoy la Ópera puede convivir con el Hip Hop, el Jazz con la Salsa, el Metal con la Cumbia, el Reggae con el Rock. El punto de partida es la mescolanza erigiendo ese lazo de internacionalidad. Rock al Parque se convierte así en una escuela de músicos y gente que disfruta del espectáculo, genera intereses, plantea preguntas, una promiscuidad sana que interviene en una exploración del individuo. Festivales como estos van gestando estímulos en diálogos nunca intervenidos.

Vocalista de KRAKEN de las bandas más viejas de Colombia.
Apunto, que la unión de disciplinas   construye sin dificultades, subrayo que una cosa de importancia es la lengua, hablamos el mismo idioma, una sola América hermanada. Vale hacer hincapié en que una banda como THE HALL EFFECT quienes imprimen en su propuesta musical canciones en francés e ingles, deciden para esta gira latinoamericana, estrenar sus canciones en su lengua materna. Otro dato interesante viene a colación en el interés del sector académico, por ejemplo en el caso de Colombia que IDARTES (Instituto distrital de las artes) consolida su participación. Acá en México la Universidad de Guadalajara posiciona su contribución. Y por qué no adelantar, que estás comunicaciones abren redes para estudiantes de diferentes materias, Me gustaría escuchar decir, “vamos al Literatura al Parque”, donde escritores, poetas, investigadores expongan su propuesta, obteniendo ese cambaceo intercultural de nacionalidades, una vía que pueden recorrer sin obstáculos el artista y cualquier otro.

Baterista de La gusana ciega en el festival.
El paso de Rock al Parque por la capital mexicana, ensancha panoramas de diversificaciones contraculturales. La primicia es que encima o sobre el arte, todo puede tener otro color. Más armonía y vitalidad para un país entero.

La Universidad de Gudalajara y Ocesa unidos por la causa.